Hoy el periodista y crítico cinematográfico Philipp Engel publica un interesante y extenso artículo en el periódico El Mundo en torno a nuestro proyecto documental sobre la bailaora de flamenco Antonia Singla. Os dejamos aquí un pequeño extracto:
La historia de La Singla toca todos los palos: un arte que revolucionó el baile flamenco, y la señaló como sucesora de Carmen Amaya; un increíble afán de superación, motivado por una infancia de miseria y silencio, y hasta una doble desaparición. Antonia Singla Contreras no sólo desapareció de la escena, a mediados de los años 70, cuando era una estrella internacionalmente reconocida, sino que nadie se acordó de ella, a pesar de todo. A pesar de haber bailado por toda Europa; a pesar de haber participado, siendo todavía una niña, en Los Tarantos (1963), la mítica película de Rovira-Beleta, que llegó a las puertas del Oscar a la Mejor Película Extranjera (ganó 8 y medio, la obra maestra de Fellini), y a pesar de que los cientos de fotografías que le hizo Colita (o Xavier Miserachs) han sido expuestas en museos de medio mundo.
La Singla era un icono enterrado en el olvido, hasta que, por fin, Paloma Zapata se interesó por ella. La descubrió investigando para su anterior documental, Peret, yo soy la rumba (2018), ya que el Rey de la Rumba Catalana había sido guitarrista de La Singla. En Los Tarantos, sin ir más lejos, menuda y llena de gracia ella le baila El garrotín. Enamorada de su arte y de su historia, Zapata fue a buscarla a su retiro en Santa Coloma de Gramanet, en la periferia de Barcelona, donde ha pasado los últimos 40 años alejada de la luz pública.
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